viernes, 16 de diciembre de 2011

Una asunción, una reflexión


Un día como el de ayer, un 16 de diciembre, pero de 1935, el líder socialista Manuel Azaña y otros políticos representantes de partidos como el Partido Comunista de España, Izquierda Republicana, el Partido Obrero de Unificación Marxista, y otros (UR, PRDF, ANV, PG, EV), firmaban el pacto por el cual se formó el Frente Popular, coalición que ganaría las posteriores elecciones celebradas el 16 de febrero de 1936 con el 47,03% de los votos frente al 46,48% de los votos que consiguió la coalición de derechas formada por la CEDA, Renovación Española, la Comunión Tradicionalista e Independientes de Derechas.  De esta forma,  todos los partidos de izquierdas dejaron de lado sus diferencias y optaron por unirse para enfrentarse a un enemigo en común: la CEDA. Los resultados posteriores son conocidos por todos: la polarización de las posiciones llevó a un círculo vicioso de violencia y conspiración que desembocó en el conflicto bélico más doloroso de la historia española y que daría lugar al período más oscuro y sombrío de la historia contemporánea del país.
Hoy, 17 de diciembre del 2011, estamos ante otra situación. Mañana, el recientemente electo presidente Mariano Rajoy tomará poder y dará comienzo a su mandato. Para llegar a este punto, el candidato del Partido Popular ganó las elecciones obteniendo el 44,62% de los votos, frente al 28,73% que consiguió el Partido Socialista. En esta ocasión, a diferencia de las elecciones antes mencionadas, nos encontramos con un Partido Popular fuerte, que unifica y representa a todas las fuerzas de derechas. No le hace falta formar ninguna coalición porque el mismo partido es una coalición de todos aquellos individuos “liberales” o simplemente de “derechas” que tienen un enemigo en común: las izquierdas. La única excepción a esta regla es CiU en Cataluña.
En el otro bando, sin embargo, el panorama es diferente. Nos encontramos con diversos partidos de ideología, en principio, de izquierdas, como son el PSOE, IU, AMAIUR, PNV, BNG, etc. Al contrario de lo que pasa con los votantes de ideologías más conservadoras, los votantes con ideologías más progresista deciden distribuir sus votos, y son más fuertes las diferencias ideológicas que llevan a esta separación en distintos partidos, que el deseo de luchar por los ideales compartidos. Si sumamos los votos de todos los partidos de ideología de izquierdas la cifra asciende a los 9.268.288 votos, frente a los 10.830.693 del Partido Popular.  Lógicamente no alcanza para superarlos, sin embargo es una cifra más importante que los 6.973.880 votos que obtuvo el PSOE. Y se transforma en una cifra aún más interesante si tomamos en cuenta otras cifras y las analizamos debidamente: los votos en blanco, las abstenciones y los votos en nulo.
Los votantes del PSOE decidieron castigar al partido por la mala gestión de la crisis que llevaron a cabo y esto se vio reflejado en los malos resultados que obtuvieron, con aproximadamente 4 millones y medio de votos menos que las elecciones anteriores.  Por un lado hubo 9.710.775 personas que se abstuvieron de votar, las cuales son  538.083 más que la vez anterior. Los votos en blanco y nulos ascendieron a 650.981, 199.223 más que las elecciones pasadas. ¿A que pretendo llegar con todos estos datos?
Con el afán de castigar al PSOE los votantes de izquierdas regalaron el poder o bien votando a otros partidos que no llegaron a tener la representación parlamentaria que les correspondía debido al sistema electoral, o bien absteniéndose de votar o votando en nulo, lo cual en último caso favoreció al Partido Popular que no tuvo ningún inconveniente de recibir todos los votos provenientes de la derecha, al igual que lo ha hecho siempre. Y es que quienes votaron esta vez al partido popular fueron prácticamente los mismos de siempre. El PP obtuvo alrededor de un millón de votos más que las elecciones anteriores, frente a los cuatro millones y medio que perdió el PSOE.  No hace falta ser muy perspicaz para darse cuenta que no hubo mérito alguno del PP, si no desmérito del PSOE. Sin embargo, ¿hasta qué punto han hecho bien los votantes de izquierdas castigando al PSOE y cediéndole el poder al PP?  Con el fin de ser fieles a sí mismos y de darle su merecido a quien hace mal las cosas, ¿no han fallado a sus principios e ideologías? Y por otra parte, votando a diversos partidos que coinciden en la gran mayoría de sus propuestas, pero que difieren en pequeñez, ¿no se le está haciendo más daño aún a la malherida izquierda española? La izquierda es diversidad, pero antes de la diversidad de pensamiento están todas esas cosas que nos unen y por las que debemos pelear juntos. Hay que olvidarse de los pequeños detalles que diferencian los distintos puntos de vista y luchar juntos por todo aquello que los hace similares.

Pero dejando a un lado todo esto, y pensando fríamente, pasadas ya unas semanas de las elecciones, estando los aires (teóricamente) más calmados, me planteo las siguientes cuestiones: ¿Es posible que todas las voces que surjan en la población puedan llegar a tener su representación sin tener que recurrir a coaliciones extremistas? ¿Hay lugar en este sistema maltrecho para todas las personas o debemos todos ponernos etiquetas rojas o azules? ¿Siempre en la historia de este país nos veremos enfrentados en dos bandos antagónicos o podrá uno no encasillarse? ¿Estamos destinados a elegir siempre por Cánovas o Sagasta?

1 comentario:

  1. Tu madre está muy orgullosa de ti, y tiene razón. A parte de buen estudiante, tienes una gran mente :)
    Bueno, no me conoces, soy la chica que trabaja con ella(no le hagas caso al nombre de mi blog es de cuando iba al instituto hace años, pero no tenía otra forma de comentarte xD), pero yo podría decir qe casi si te conozco de tanto que me habla de ti jaja.
    Espero que sigas así, vas a ser muy grande! (;
    Suerte en todos tus proyectos!(:

    ResponderEliminar