El 21 de julio de 1969 Francisco Franco presenta frente a las Cortes el nombramiento que tendría lugar el día siguiente, 22 de julio, del príncipe Juan Carlos de Borbón como sucesor del dictador en la jefatura del Estado dictatorial impuesto tras la derrota de las fuerzas republicanas a manos del ejército fascista en la Guerra Civil.
43 años han pasado desde que Juan Carlos jurara lealtad a los principios del Movimiento, con estas palabras:
Presidente de
las Cortes: " EN NOMBRE DE DIOS Y SOBRE LOS SANTOS
EVANGELIOS, ¿JURÁIS LEALTAD A SU EXCELENCIA EL JEFE DEL
ESTADO, FIDELIDAD A LOS PRINCIPIOS DEL MOVIMIENTO
NACIONAL Y DEMÁS LEYES FUNDAMENTALES DEL REINO?
Príncipe Don
Juan Carlos: " SI, JURO LEALTAD A SU EXCELENCIA EL JEFE
DEL ESTADO Y FIDELIDAD A LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
DEL MOVIMIENTO Y DEMÁS LEYES FUNDAMENTALES DEL REINO".
Presidente de
las Cortes: " SI ASÍ LO HICIEREIS, QUE DIOS OS LO
PREMIE,Y SI NO, OS LO DEMANDE".
Posteriormente, el borbón leyó un discurso personal en el cuál se comprometió con los franquistas a asegurar la continuidad del régimen que el consideraba legítimo:
"Mi general, señores Ministros, señores procuradores:
plenamente consciente de la responsabilidad que asumo,
acabo de jurar, como sucesor a título de Rey, lealtad a
Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los
Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes
Fundamentales del Reino.
QUIERO
EXPRESAR, EN PRIMER LUGAR, QUE RECIBO DE SU
EXCELENCIA EL JEFE DEL ESTADO Y GENERALISIMO FRANCO,LA
LEGITIMIDAD POLÍTICA SURGIDA EL 18 DE JULIO DE 1936, EN
MEDIO DE TANTOS SACRIFICIOS, DE TANTOS SUFRIMIENTOS,
TRISTES PERO NECESARIOS, PARA QUE NUESTRA PATRIA
ENCAUZASE DE NUEVO SU DESTINO...
Mi general: desde que comencé el aprendizaje de servicio
a la Patria me he comprometido a hacer del cumplimiento
del deber una exigencia imperativa de conciencia. A
pesar de los grandes sacrificios que esta tarea pueda
proporcionarme, estoy seguro que MI PULSO NO TEMBLARA
para hacer cuanto fuere preciso en defensa de los
Principios y Leyes que acabo de jurar".
Es difícil para los defensores de la monarquía ocultar la realidad aunque les duela. Juan Carlos es el sucesor de un dictador, por lo tanto es quién ha hecho perpetuar dicha dictadura. Si ejerce ese cargo es porque ese fue el deseo de Franco, no por otra razón. Un Rey impuesto por un dictador sin la aprobación del pueblo. Por lo tanto, es imposible que este Rey consiguiera que bajo su mando se desarrollara una democracia real que cuidara de la población. Y así se ha visto.
43 años han pasado y el Rey impuesto por Franco sigue siendo Rey. Hoy en día, en lugar de procuradores tenemos diputados, pero las cosas no han cambiado. Dos partidos mayoritarios que han aceptado al Rey son los que se han turnado eternamente en el juego del poder, pasándolo de uno al otro, ignorando las necesidades del pueblo. Dos partidos que son los pilares de esta monarquía, dos partidos sin los cuáles Juan Carlos no podría haber durado tantos años. El PP y el PSOE necesitan de la monarquía borbónica de la misma manera que la monarquía los necesita a ellos para mantener su legitimidad.
Durante muchos años el pueblo español estuvo dormido en un sueño de ayudas, subvenciones y bienestar económico ficticio, que les hizo cerrar los ojos y no querer ver la realidad. Pocos fueron quienes se atrevieron a cuestionar durante los tiempos de bonanza económica la legitimidad del régimen borbónico, sucesor del régimen franquista, pero que en el fondo sigue siendo el mismo.
Hoy, cuando el sueño del bienestar se ha terminado, y la población se ha dado cuenta que lo único que han hecho perpétuamente es llenar sus bolsillos a nuestra costa, surgen con fuerza fuerzas disidentes.
En medio de la crisis económica que estamos atravesando surge una crisis aún más profunda, la crisis política. Una crisis protagonizada por dos partidos todopoderosos que se reparten las administraciones públicas y se guardan los privilegios para sí mismos. Dos partidos que escribieron la Constitución a su gusto para que no se condenara a aquellos viejos mandos franquistas de los cuáles necesitaban el apoyo para mantenerse. Dos partidos que, enmascarados de luchadores por el pueblo, han perpetuado la impunidad y han llevado a la miseria a millones de españoles. Dos partidos que, si todavía existen y tienen poder, es porque hay una figura que se llama Rey, y que les da continuamente su visto bueno, y viceversa.
Y es que TODO está relacionado. El Rey necesita del PP$OE para legitimarse, y el PP$OE sabe que si esta monarquía se acabara y pasáramos a una república popular, todo su poder, sus privilegios, su influencia, desaparecerían. Son socios igualitarios, se mantienen unos a otros, se guardan la espalda. Hoy nos quieren culpar a nosotros de sus desastres económicos, de los resultados de su avaricia plasmada en la infinita especulación que llevaron a cabo. Pero el pueblo se está despertando, y ya no va a dejar que le tomen el pelo más. Ya no pasan desapercibidas las señales de respaldo mutuo que se hacen, como que el Rey presida el Consejo de Ministros cuando se está a punto de degollar a los servicios públicos, o que ninguno de estos dos partidos pida explicaciones cuando el Rey malogra los fondos públicos para lujos personales, mientras se nos pide austeridad y que le hagamos más agujeros a nuestros cinturones para apretarlos más.
Nos hemos cansado de que nos traten de tontos, y queremos que esto cambie. Pero mientras existan estos dos partidos que se repartan el poder, ese cambio será imposible. Y no basta solo con votar a terceras fuerzas, porque tiene una constitución hecha a su medida que les garantiza que los votos vayan a acabar de su lado. Y si no se recurrirá a la manipulación de las votaciones. Como si no fueran capaces...
Para que esto cambie es necesario arrancar el problema de raíz. Hay que cambiar el sistema, hay que hacer desaparecer a estos dos partidos mayoritarios que solo sirven para complacer las exigencias de Bruselas y las multinacionales, que solo sirven para seguir condenando al pueblo a la miseria. Y para que estos partidos desaparezcan, NECESARIAMENTE debe caer con ellos la monarquía borbónica, debe abolirse la constitución de la monarquía para formularse otra que proteja realmente a las personas, y que no de lugar a dobles puntos de vista que permiten que se puedan llevar a cabo recorte-saqueos como los que estamos sufriendo. Para que realmente seamos libre, DEBEMOS ACABAR DE UNA VEZ CON EL FRANQUISMO, y para que eso suceda, la única salida es derrocar a la monarquía, y que con ella se hundan sus dos bastiones, PP$OE.
Porque no nos representa un Rey que no elegimos nosotros, sino un dictador. Porque no nos sentimos identificados con alguien que jura lealtad a las leyes franquistas y que ve el golpe de Estado llevado a cabo por los militares como algo necesario. Porque estamos cansados de que se cubran todos la espalda mutuamente para poder seguir jodiendonos a nosotros.
PORQUE NO ES NUESTRO REY, ¡ABAJO LA MONARQUÍA! ¡VIVA LA REPÚBLICA!